Hablar de alguien tan especial como mi hermano en tan solo unos minutos es casi imposible, tarea difícil para mi.
Mi hermano Germán vivió, viajó, conoció, escribió, compuso, y leyó como nunca había visto a alguien antes.
Con respecto a esto último, dicen que leer culturiza al hombre, y mi hermano Germán fue prueba viva de ello, no había tema del cual no opinara, o palabra mal dicha que no nos corrigiera.
Gran amante del cine, amor por el séptimo arte que me contagió y fue tema de grandes charlas entre nosotros, en donde los nombres de actores y directores famosos nunca faltaban.
Fue por eso también quien mas me impulsó a estudiar actuación, le apasionaba tanto la idea, que no dejo que la debilidad propia de su enfermedad, le impidiera ir a verme a mi muestra teatral, tuve la suerte de tenerlo entre el público la primera vez que pise un escenario y eso nunca lo olvidaré.
Pero hablar de su fortaleza en ese día no es nada comparada con la fuerza y la valentía con la cual enfrento su enfermedad, un terrible tumor.
Tumor que sin embargo, jamás pudo acabar con el buen humor de mi hermano y sus ganas de vivir, nunca dejo de sonreír, nunca dejo de soñar, de hablar de planes a futuro, de aconsejarme, de leer como en el pasado, incluso mas.
Recuerdo que cuando era niño y tropezaba, mi hermano al verme llorar se acercaba a mi y fingiendo sacar algo de su bolsillo ponía su mano sobre mi zona afectada y decía, “estos son polvos mágicos”, a los segundos me dejaba de doler. Cuanto ansié tener esos polvos mágicos en los últimos meses de su vida.
Dicen que ser el hijo mayor es una responsabilidad, que debes velar y ser apoyo para tus hermanos, Germán, o Tino (como nosotros le llamábamos) fue para Emilio un ejemplo, para Daniel un guía y para mí una figura paterna.
Mucho se dice que siempre los que se van fueron geniales en todo sentido, que no tuvieron defectos, etc .
Tino tubo defectos si, pero sus virtudes como hijo, esposo, amigo y hermano los superaban, siempre estuvo pendiente de nosotros, aun cuando estaba en el extranjero.
Tino tubo defectos si, pero sus virtudes como hijo, esposo, amigo y hermano los superaban, siempre estuvo pendiente de nosotros, aun cuando estaba en el extranjero.
Recuerdo cuando Emilio y yo fuimos a Argentina a estar con el, nos recibió en su departamento, muy chico este., era gracioso ver a dos hombres adultos y a su servidor, post adolecente, compartir un colchón de una plaza para poder dormir.
El era así, paternal en su rol de hermano, dócil en su rol de esposo, engreidor en su rol de hijo, paciente en su rol de amigo y brillante en su rol de ser humano.
Por eso no quiero terminar sin agradecerle todo lo que aprendí de el, de pedirle disculpas si alguna vez lo ofendí, y de garantizarle que nunca lo olvidaré.
Te quize, te quiero y te querré mucho “Zambito lindo”, tu siempre vivirás en nuestros corazones, por que el paso por esta vida de alguien como tu, siempre deja huella.
MAESTRO,PALABRAS MUY LINDAS PARA TU HERMANO...
ResponderEliminarUNA LASTIMA NO HABERLO PODIDO CONOCER, PERO SI ES TAL CUAL COMO LO DESCRIBES, LAMENTO EL NO PODER CRUZADO UNA PALABRA CON EL...
RECUERDO CUANDO ME COMENTASTE LO SUCEDIDO, ME SENTI TRISTE A LA DISTANCIA, PORQUE COMO SABRAS TU FAMILIA ME SIMPATIZA MUCHO...
SIGUE ASI MARIO CON UN GRANDIOSO GESTO PARA CON TU HERMANO.. Y POR FAVOR SALUME A TODOS POR TU CASA.. AUNQUE SOLO CONOSCO A POCOS.. PERO ESOS POCOS SON UN MILLON EN MI VIDA..
AHI NOS VEMOS MARIO SOLDEVILLA... SIN JODA EN ESTE COMENTARIO...